¿Pasado de moda?
Solo basta que el sistema, a través de influencers, ponga de moda un tipo de ropa y complemento para que el resto de la plebe lo consuma
Solo basta que el sistema, a través de sus difusores e influencers, ponga de moda una marca o tipo de ropa y complemento para que el resto de la plebe lo consuma, como hace con todo, lo lleve puesto como si se tratase de estar a la última. Y es que decían que “no hay novedad si no olvido”, y es cierto, sin lugar a duda. No es casual aquella afirmación y además viene “al dedillo” como se dice. Efectivamente, el sistema marca las pautas, las modas a seguir, las agendas… y nosotros, el pueblo, las compramos, las seguimos y “vamos a la moda”.
Concretamente en lo referente a las “tribus urbanas”, el
sistema se ha encargado de desvirtuarlas, de acabar con ellas dándole visibilidad,
precisamente, a su estética, convirtiendo la estética de algunas tribus urbanas
en “moda”. Y es que, de un tiempo a esta parte, podemos ver parkas y bombers,
zapatillas Adidas, botas Dr. Martens, polos Fred Perry o
la mítica marca de boxeo LONSDALE, por mencionar algunos ejemplos, como
adalides de la juventud. Estas marcas y prendas ya las llevan puestas, portadas
orgullosamente, pijos, chonis y pokeros (bakalas de antes), quinquis,
ultras y hooligans, skinheads, moteros, roqueros, pin-up, “modernitos”
y un sinfín de gente “normal” que, sin saberlo y ajenos a todo, visten de
manera similar -igual- que el resto del mundo.
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imagen obtenida de pinterest |
El sistema, a través de sus medios de difusión y comunicación,
a través de sus redes sociales, influencers y famosos, presentadores de reallity-shows,
futbolistas… introduce en el extenso mercado estas prendas, marcas y estética con
el propósito de comercializarlo todo ello y desvirtuar, entre otras cosas, a
algunas tribus urbanas, como a los Skinheads (nazis, SHARP y apolíticos),
punks, rockets, mods… entre otros. De esta forma, las tribus urbanas
carecen de una identidad propia mientras que la población en su mayoría acepta
la “moda”, lo compra y lo consume, haciéndose adalid del “cambio”,
perteneciendo a los “tiempos modernos” sin saber que visten como lo hacían, no
hace mucho, las tribus a las que nos referimos. Y es todo un logro por parte de
los lobbies del marketing. Un éxito.
El sistema, a través de sus medios de difusión introduce en el extenso mercado estas prendas con el propósito de comercializarlo todo ello y desvirtuar, entre otras cosas, a algunas tribus urbanas
Este éxito, por otro lado, desvirtúa y desintegra a las
tribus que anteriormente vestían así para diferenciarse, para marcar su identidad
de grupo sobre el resto. Las tribus quedan descabezadas, deshechas y sin
identidad en favor del resto de la población y marcas -ya que estas ven sus
beneficios aumentados-.
Si la estética skinhead, y en menor medida ultra-hooligan,
era marginal e incluso estrafalaria, “chocante”, para el resto de la gente que,
a su vez, quedaba impresionada a la par que intimidada, ahora se ha convertido
en algo normal. Las bombers y las botas militares, al estilo Dr.
Martens, se venden por doquier en cualquier tienda de moda como Zara, por
ejemplo. Lo mismo ocurre con lo llamado “casual”. La ropa casual es la ropa
informal, básicamente. Es decir, aquella que se utiliza en contextos que no
exigen el respeto de un código de vestimenta formal. La gente que viste casual
es gente que no se impone ningún código a la hora de vestirse, abandona el
formalismo y el significado que pudiera darse a esa ropa antes, unos simples
vaqueros y un polo, unas zapatillas deportivas…. Sin embargo, la moda o el
estilo casual se comenzaron a poner de moda, valga la redundancia, con estos
grupos que necesitaban pasar desapercibidos, son las propias tribus las que
comienzan a vestir casual para no llamar la atención en esa evolución hacia los
2.000, dejando atrás la estética radical y rompedora de los años anteriores,
sobre todo los 80 y 90.
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Mod, imagen de Pinterest |
También encontramos desvirtuados a las tribus que pudieran
representar las mal llamadas bandas latinas y es que ahora todo el mundo, sobre
todo joven viste al estilo rapper o “latin-king” con sudaderas anchas, camisetas
de baloncesto, pantalones anchos, gorras de beisbol… como si se tratase de Yankilandia.
De igual forma ocurre con los pijos y los mods. Las parcas,
los “fachalecos”, los “chinos” y mocasines han dado lugar a todo un desarrollo
en la industria de la ropa y la moda, surgiendo un sinfín de marcas pijas que compiten
con las ya conocidas Ralp Lauren, Lacoste…, cuando antes estas constituían
una seña de identidad de un grupo en general, los pijos, tanto por su
significado como por el coste de cada prenda.
Las zapatillas Adidas (Samba, Spezial, Countri, Rom) ahora
florecen por cualquier tienda de calzado o deporte como si fuese la mayor
novedad y resulta que las usaban los jóvenes en los años 70 en adelante. Antes,
llevar estas zapatillas constituía pertenecer a un grupo, normalmente mod,
ultra y en menor medida skinhead (sobre todo las Adidas de color negro en estos
últimos). Ahora, como estamos viendo, es raro que alguien no las lleve.
Las gafas de aviador, los pantalones pitillo, las chaquetas
parcas (3/4) verde, las chaquetas bombers (aviador), las botas militares
y los zapatos (Martens), la boina de cuadro, el forro tartar escoces,
los polos de Fred Perry o las marcas de boxeo, como Everlast y
Lonsdale, las gorras de beisbol y el logo NY o incluso el peinado
ario (corte de pelo rapado con degradado siendo en la parte superior más largo,
con una raya que cruza la cabeza), entre un sinfín de cosas, antes marcaron a
una generación que pertenecía a tribus urbanas, que les servían de seña
identitaria de grupo y, por tanto, les diferenciaban del resto de tribus y
gente. Ahora todo el mundo, todo, independientemente de si pertenece a un grupo
o tiene un roll social, viste igual siendo todos ellos una misma tribu urbana,
la dependiente de las elites mercantiles y financieras, de los amos del
marketing publicitarios, habiéndose convertido en esclavos obedientes del
sistema, comprando y consumiendo todo aquello que les vendan.
antes marcaron a una generación que pertenecía a tribus urbanas, que les servían de seña identitaria de grupo y, por tanto, les diferenciaban del resto de tribus y gente
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https://thesneakerone.com/blog/adidas-samba-mas-que-futbol/ |
Es decir, si las parkas eran la seña identitaria de los
mods, ahora no lo son, como tampoco lo son las bombers y botas militares
de los skinheads, los chalecos y camisas de los pijos o las gorras de beisbol
de las bandas latinas, no. Ahora vale todo, porque el capitalismo se ha encargado
que valga todo. Cada vez es más difícil ver una tribu urbana por la calle, o grupos
diferenciados del resto.
De igual forma ocurre con esa moda quinqui de llevar el pelo
a lo “afro”, a imagen y semejanza de aquellos “menas” que viene del sur, de África,
vestir en chándal y con los pantalones “cagaos”, como se aprecia en las calles
y sobre todo en los parques de cada barrio y ciudad.
Así pues, el sistema que antes perseguía estas cosas, ahora
se ha hecho dueño de ellas comercializándolas al resto para homogeneizar a
todos, para que todos vistamos igual y con ello ser todos iguales.
En conclusión, el sistema funciona así: se vale de todos sus
medios para decirnos que debemos comprar, homogeneizarnos y que nosotros, al
mismo tiempo, nos creamos libres y, en este caso, modernos, cuando todo lo que
se nos vende hoy en día era utilizado, de manera marginal, por diversas tribus,
grupos, con las que debían acabar. Y la forma de acabar con ellos, su estética e
identidad, era simple y llanamente esa, comercializar sus marcas, su estética,
sus peinados, sus complementos… y venderlos, para mayor beneficio suyo, al
resto de la población.
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