LAS CINCO ROSAS. Una historia simbólica de la Falange Española a través de sus cinco fundadores

 

LAS CINCO ROSAS.

Una historia simbólica de la Falange Española a través de sus cinco fundadores


 

 

A través de cinco figuras clave, Onésimo Redondo, Ramiro Ledesma, José Antonio Primo de Rivera, Julio Ruiz de Alda y Manuel Hedilla, podemos recorrer el itinerario ideológico, emocional y político de la Falange

 

 

Introducción

La Falange Española -primero Juntas Castellanas de Actuación Hispánica (JCAH), luego La Conquista del Estado, más tarde las Juntas de Ofensiva Nacionalsindicalistas (JONS) y después ya Falange Española (de las JONS)- nacida en los años convulsos de la Segunda República, fue más que un partido político, fue una mitología, una estética, una emulsión revolucionaria envuelta en una camisa azul.

En su origen convergieron hombres con distintas biografías, estilos y visiones, como se observa en sus líderes -cinco figuras clave- Onésimo Redondo, Ramiro Ledesma, José Antonio Primo de Rivera, Julio Ruiz de Alda y Manuel Hedilla. A través de ellos podemos recorrer el itinerario ideológico, emocional y político de la Falange, desde su génesis combativa hasta su absorción por el Franquismo.

Pues estos líderes son de vital importancia para configurar el ideario falangista que, durante la guerra civil, sobre todo, atraerá a muchísimas personas a sus filas. Estos personajes son las cinco rosas de la Falange, símbolo indiscutible de la misma Falange.

 


Onésimo Redondo.

La Falange como fe campesina y cruzada social

 

No queremos redimir al obrero de clase; queremos redimirlo de marxismo.”

 

 

Nacido en Quintanilla de Abajo (Valladolid) en 1905 en el seno de una familia de pequeños propietarios agrarios, siendo el sexto hijo de la familia. La familia de Onésimo tenía una hacienda agrícola mediana lo que le valió a Onésimo para crear un sindicato. Además de tradicionalista –un pensamiento que le acompañará- fue abogado.

En 1927 obtuvo una plaza como lector de español en la Universidad de Mannheim, en Alemania donde, quizá, al ver el crecimiento del NSDAP pudo haber iniciado su andadura en la política. En octubre de 1928 regresó a España. Justo por esta época comenzó su carrera política siendo el líder del Sindicato de Cultivadores de Remolacha de Castilla.

Fue el fundador de las JCAH y cofundador de las JONS –junto a Ramiro Ledesma-. Según los autores, se cree que fueron ambas formaciones las pioneras del “fascismo español”.

La primera rosa de la Falange quien aportará el antiliberalismo cristiano, nacionalsindicalismo y la defensa de lo rural. En este sentido, Onésimo tenía un ideario también profundamente antisemita, que no caló en el discurso de Falange.

Su aporte a la Falange fue la vinculación de la causa falangista con la tierra, el pueblo y el cristianismo militante y social.

Murió en los primeros meses de la guerra, asesinado en una emboscada cuando acudía al frente de guerra camino a Guadarrama, en Labajos.

Se le puede simbolizar como el mártir campesino, el cruzado del yunque, pero también de la hoz.

 

Ramiro Ledesma Ramos.

El ideólogo radical y el revolucionario

 

“Nuestro socialismo no es hijo de la lucha de clases, sino de la necesidad de armonía.”

 

 

Nacido en 1905 en Alfaraz (Zamora), procedente de familia humilde, muy joven aprobó las oposiciones de correos y siendo funcionario a temprana edad. Ensayista, político y filósofo (el más aventajado de Ortega y Gasset). Quizá el as revolucionario y radical de Falange.

Fundador de La Conquista del Estado en 1931 y, después, junto a Onésimo, de las JONS. Un gran intelectual con varias obras publicadas se puede decir que, junto a Onésimo, introdujo el fascismo en España.

Su ideología oscilaba entre un fascismo modernista-revolucionario, el estatalismo y la tecnocracia. Aunque de Ramiro hay que destacar su obrerismo y radicalismo, así como el sindicalismo revolucionario.

Su tensa relación con José Antonio favoreció que, en 1935, fuera expulsado de la Falange. La segunda rosa de Falange fue asesinada –fusilado- en octubre de 1936,

Sin embargo, su aporte a Falange (o al nacionalsindicalismo) se podría decir que fue el aparato teórico y el lenguaje radical y revolucionario tendente al fascismo.

Se le podría simbolizar como el pensador radical, un agitador vanguardista.

estos líderes son de vital importancia para configurar el ideario falangista que, durante la guerra civil, sobre todo, atraerá a muchísimas personas a sus filas

José Antonio Primo de Rivera.

El poeta líder

 

“España no es una entidad que se pueda discutir. España es una unidad de destino en lo universal.”

 

 

Quizá el más conocido de la Falange, el personaje más notorio y conocido como el jefe y fundador, José Antonio Primo de Rivera, aristócrata, abogado, ensayista, político… era el hijo del dictador Miguel Primo de Rivera.

Nacido en Madrid en 1903, combinó lo místico, lo poético y lo militar, dotando a la Falange de un estilo y una épica, de una estética y de la belleza de la poesía –metafórica y literalmente-.

Aunque provenía de la derecha y se metió en política para defender la imagen y memoria de su padre, José Antonio evolucionó hacia el fascismo con gran romanticismo político y nacionalismo espiritual. A diferencia de Ramiro, su concepto de la revolución era más conservador.

En 1933 fundó la Falange y al año siguiente se fusionó esta con las JONS de Ramiro y Onésimo, dando forma al movimiento nacionalsindicalista, precedente del fascismo en España.

José Antonio dio forma a la Falange y la dotó de retórica y mística, él era más conocido que todos los demás por lo que tuvo más adeptos y fue más conocido.

Elevado como icono, aunque manipulado por el régimen, su figura ha transcendido todas las escenas de lo político, lo histórico… rozando el mito, injustamente para los demás que también contribuyeron a la fundación del nacionalsindicalismo en España.

Su aporte a Falange fue su presencia -entre otras muchísimas cosas- ya que Falange, se podría decir, es José Antonio.

Murió como Ramiro Ledesma, asesinado. Fue fusilado en Alicante en noviembre de 1936, sin embargo, su legado se mantiene hasta la actualidad.

Se le podría simbolizar como el mártir por excelencia, el mito, la leyenda, el jefe, el ideólogo….

 


Julio Ruiz de Alda.

El héroe aéreo y la disciplina del sacrificio

 

“Volamos porque creemos, y creemos porque amamos a España.”

 

Julio Ruiz de Alda, un personaje poco conocido y relegado al ostracismo, fue cofundador de la Falange junto a Primo de Rivera. Nacido en Estella (Navarra) en 1897 fue un héroe nacional gracias a su hazaña con el avión Plus Ultra en 1926 cuando cruzó el atlántico en el primer vuelo entre España y Sudamérica.

Su carrera política dista mucho de las otras tres rosas, pues Ruiz de Alda era militar de carrera, combatiente en la guerra del Rif, Observador aéreo, piloto militar, y, después, político. Su posición nunca se alejó del pensamiento monárquico, pero sin embargo fue crucial para Falange ya que su nacionalismo militar y el romanticismo patriótico aportaron al movimiento el prestigio de la acción y el sacrificio heroico por España.

Asesinado por milicianos anarquistas en la cárcel modelo de Madrid apenas un mes después de haber empezado la guerra civil, en lo que se conoció como Las Matanzas de la Cárcel Modelo en 1936 su simbología personal puede ser la del “caballero de hierro”, el héroe convertido en mártir.

 

movimiento nacionalsindicalista, precedente del fascismo en España

 

Manuel Hedilla.

El obrero que quiso salvar la Falange

 

“No estoy contra la unidad, sino contra una unidad sin alma falangista.”

 

 

Federico Manuel Hedilla Larrey nacido en Ambrosero (Cantabria) en 1902 es quizá el más polémico líder falangista. Sucesor de José Antonio y II Jefe Nacional. Hedilla representa, sin duda, la 5ª rosa, por muchos motivos.

El líder más sindicalista y obrerista, dispuesto a todo con tal de que Falange no perdiera su autonomía, conjuga, grosso modo, los factores ideológicos de los demás líderes falangistas.

Mecánico de profesión, se afilió a Falange en 1934 y aunque, inicialmente, tuvo un papel secundario, durante la guerra se consolidará como jefe del partido. Hedilla se encontró liderando un partido que había crecido considerablemente desde el comienzo de la guerra. Tuvo que hacer frente a las luchas internas por el poder que surgieron, pero también, después, al Decreto de Unificación promulgado por Francisco Franco en 1937[1]. Se mostró contrario y beligerante al Decreto de Unificación, ya que Falange perdería no solo mando sino autonomía e ideología, se convertía en un partido –parte de un partido- sin poder, ni independencia, a merced del caudillo.

Por ello fue detenido por orden de Franco condenado a muerte, primero, y, después, encarcelado, y tras pasar unos años en la cárcel, acabó en el más puro ostracismo, alejado de la vida pública hasta 1970 que falleció.

Su falangismo obrerista, su anticapitalismo, su afán revolucionario y su fe en la Falange y el nacionalsindicalismo hicieron de Hedilla un hombre íntegro que no se sometía aportando a la Falange esa pureza e independencia.

Su símbolo en cuanto a Falange puede ser la lealtad a la doctrina originaria y la traición por el poder, un soñador, un revolucionario.

 Las cinco figuras representan alegórica y simbólicamente a las 5 flechas de la Falange que, a su vez, poéticamente son 5 rosas

Conclusión.

Cinco rosas, una herida

 

Las cinco figuras representan alegórica y simbólicamente a las 5 flechas de la Falange que, a su vez, poéticamente son 5 rosas. Son los principales líderes, fundadores e ideólogos que aportaron su filosofía y sentir a un movimiento como era el falangismo y el nacionalsindicalismo, que no llegó a florecer o asentarse más allá del Primer Franquismo.

De la fe de Onésimo al rigor filosófico de Ramiro; del lirismo joseantoniano al heroísmo de Ruiz de Alda; del último intento puro de Hedilla... todos ellos murieron o fueron apartados antes de ver consolidado su sueño.

La Falange, como idea, se diluyó entre la mitificación, la represión y la traición. Pero su memoria persiste como una constelación trágica, símbolo de una España dividida entre el mito y la realidad.

Desde un pequeño sindicato remolachero, pasando por una revista revolucionaria y las JONS, la Falange se intentó alzar como bandera, como pudo, en un tiempo convulso de persecución y caos socio-político, unos tiempos de división y polarización entre las izquierdas y las derechas donde el espacio revolucionario, por un lado, estaba copado por las izquierdas mientras que, por el otro lado, el espacio nacional lo acaparaban las derechas. Ese fue su destino, un “tira y afloja” hasta que finalmente se asentó, como había nacido y vivido, entre la violencia de un conflicto bélico civil donde creció en número, pero sus jefes ya no estaban.

Hedilla pone de manifiesto la voluntad, la lealtad, el honor… al servicio de un ideal, fue el último empujón de algo que ya estaba condenado a morir, quedándose en un intento que, como establece Brants Reyes (2005), pasó de la clandestinidad al “acompañamiento coreográfico”, es decir, sin autonomía ni soberanía, dependiente del Régimen.

 



[1] Este decreto unificaba en un mismo partido único a todas las fuerzas políticas adeptas al régimen de Franco, FET de las JONS. Era el único partido permitido y legal, unificaba a la fuerza a las dos principales fuerzas que apoyaron el levantamiento y combatieron –FE de las JONS y los Requetés Carlistas (Partido o Comunión Tradicionalista).

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