Nicola Bombacci: Del comunismo al fascismo revolucionario

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Nicola Bombacci: Del comunismo al fascismo revolucionario

 

Fue un dirigente socialista durante los años de la Primera Guerra Mundial y después fue uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano (PCI) en 1921. Durante la etapa fascista se quedó en Italia y en los años treinta se acercó al fascismo, dirigiendo la revista La Verità. Además, fue participe de la República Social Italiana (RSI) en Saló, autor de la socialización fascista que se puso en práctica y terminó siendo fusilado junto a Mussolini en abril de 1945. Fue apodado por los partisanos italianos que lo capturaron como il Supertraditore, “el súpertraidor”.


 Dirigente socialista, fundador del PCI y participe de la República Social Italiana

 

Inicios Comunistas

Bombacci fue uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano (PCI) en 1921, tras la escisión del ala más radical del Partido Socialista. Era un comunista convencido y uno de los dirigentes más influyentes del movimiento obrero italiano durante la posguerra y los años veinte.

Mantuvo cierta amistad con Lenin y apoyaba fervientemente la Revolución de Octubre. Durante esta etapa, Bombacci defendía la lucha de clases, el internacionalismo proletario y la dictadura del proletariado.

Después de una breve experiencia en el seminario, llegó a ser maestro. Gran activista en el mundo sindical desde principios de siglo en el Norte de Italia consiguiendo ser elegido miembro del Consejo Nacional de la Confederación General del Trabajo en 1911. En Módena, durante la I Guerra Mundial, fue el líder indiscutido del socialismo local. Esto le sirvió para dirigir el periódico socialista Il Domani. En julio de 1917, se le nombró miembro de la Dirección del Partido Socialista Italiano (PSI) aunque en 1918, finalizando la guerra, Bombacci se quedó prácticamente solo al frente del Partido.

En una época llena de contradicciones para el socialismo, en postura similar a Mussolini, Bombacci se mostró combativo con las reformas del marxismo y en octubre de 1919, en pleno Bienio Rosso, fue elegido secretario del partido mientras que en las primeras elecciones políticas generales de la posguerra logró ser diputado en la circunscripción de Bolonia con más de cien mil votos.

En 1920 fue uno de los miembros de la delegación socialista italiana en la Rusia soviética, tomando parte también en el II Congreso de la Internacional Comunista. En otoño de ese mismo año, junto a Gramsci, Bordiga, Gennari y Graziadei, entre otros, se alineó en la Facción Comunista del PSI además de dirigir el periódico Il Comunista. Bombacci optó claramente por la escisión, un año después, llegando a ser uno de los miembros del Comité Central del nuevo Partido Comunista de Italia, PCI, sección italiana de la Tercera Internacional.

Bombacci se mostró combativo con las reformas del marxismo

 


Ruptura con el comunismo ortodoxo

Con el tiempo, Bombacci se fue alejando del comunismo, desencantado sobre su reformismo y posturas ambiguas sobre la nueva situación de Italia.

Esto se fue viendo en una evolución sobre sus quejas y demandas, acorde a los tiempos convulsos de aquella Italia revolucionaria. Pues mientras el marxismo se volvía revolucionario, el nacionalismo también hacía lo propio.

En este contexto suceden varios hechos importantes como el de Fiume en el que el poeta Gabriele D´Annunzio entra en la ciudad con un centenar de legionarios reclamándolo para Italia. Este hecho fue condenado por el partido, pero Bombacci, sin embargo, protestó contra aquello considerando a D´Annunzio como un perfecto revolucionario.

A pesar de que Bombacci se mostró en una postura totalmente opuesta a Mussolini y el ascenso del fascismo, sus acciones no decían lo mismo para el comité del partido y fue alejado de los cargos directivos del PCI.

Aunque falsamente se le acusó de hacer referencia, comparando así dos revoluciones, la soviética y la fascista, el mismo partido le fue separando del comunismo. Bombacci se aleja desilusionado del modelo soviético y en unos años es expulsado del partido –ordenes de Moscú y de la directiva del PCI-. Con ello tiende a buscar una “tercera via” que superase tanto al capitalismo liberal como al estalinismo soviético.

Así, se fue acercando al nacionalismo revolucionario ya que veía que fusionaba la idea social con lo patriota o nacional viendo un modelo totalmente viable para la revolución. Es aquí donde empieza a perfilar su ideología viendo buena la combinación entre nacionalismo y socialismo.

 A pesar de que Bombacci se mostró en una postura totalmente opuesta a Mussolini y el ascenso del fascismo, sus acciones no decían lo mismo para el comité del partido

Fascismo social y colaboración con Mussolini

    En este contexto, Bombacci se fue acercando tanto al fascismo que acabó siendo parte del mismo y convertirse en un ideólogo más.

Durante la República Social Italiana (RSI) -el Estado títere creado por Mussolini en el norte de Italia (1943-1945)- Bombacci fue un colaborador cercano del Duce, aunque sin renegar de su socialismo.

Redactó artículos en los que promovía una síntesis entre socialismo y nacionalismo, defendiendo una economía cooperativista, la autogestión obrera, y un Estado popular revolucionario, entre otras cosas, es decir la visión del fascismo socialista -un intento de recuperar los elementos izquierdistas del fascismo primigenio-. Esta visión casa completamente con el fascismo y sus derivados (nacional-socialismo, falangismo, Guardia de Hierro, nacional-sindicalismo…) pues si atendemos a los discursos se observa claramente esta postura de Bombacci, por lo que no es descabellado.

En este sentido, un ejemplo de su ideario y su modo de entender la vida y la política se puede ver en sus últimas palabras: ¡Viva el socialismo! ¡Viva Mussolini!

 

El primero por la izquierda es Bombacci, colgado junto a otros líderes fascistas

Muerte

    A pesar de todo, corrió la misma suerte que el Duce, siendo asesinado junto a él en Dongo en 1945. Cuando el régimen fascista tocaba fondo, en sus últimos días, Bombacci se negó a abandonar a Mussolini y se mantuvo a su lado hasta el final.

 

Cuando el régimen fascista tocaba fondo, en sus últimos días, Bombacci se negó a abandonar a Mussolini

En el momento en el que huían hacia Suiza, los partisanos le capturaron en el mismo coche que iba Mussolini y le fusilaron en las orillas del lago de Como el 28 de abril de 1945. La mañana siguiente, el cadáver de Bombacci fue colgado en una gasolinera de Milán junto a los cuerpos de Mussolini y su amante, Claretta Petacci, así como unos cuantos jerarcas fascistas. Sobre el cuerpo sin vida de Bombacci se le colgó un cartel con la palabra “Supertraidor”. Sin embargo, en su bolsillo se encontró un manifiesto en el que seguía defendiendo la revolución social.

El resto es historia.  


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