Dictadura de Primo de Rivera. Unos apuntes
La Dictadura de Primo de Rivera fue la consecuencia directa de la crisis del Sistema de la Restauración. La guerra de Marruecos, y especialmente las consecuencias del desastre de Annual, la inestabilidad política y la agitación social, llevaron al general Primo de Rivera a implantar una dictadura, suspendiendo con ello la Constitución de 1876 y el sistema de partidos políticos, entre otras cosas.
La dictadura primorriverista se sitúa en el contexto internacional de los “Felices años Veinte” en el periodo de entreguerras. Por ello, se adapta bastante bien a los tiempos que corren en Europa en esta época, con el auge del autoritarismo, el descenso de la democracia y las oscilaciones económicas que concluyen en la crisis de 1929. Pero, hay más factores que hacen posible que este régimen apareciera.
La Dictadura de Primo de Rivera fue la consecuencia directa de la crisis del Sistema de la Restauración. La guerra de Marruecos, y especialmente las consecuencias del desastre de Annual, la inestabilidad política y la agitación social, llevaron al general Primo de Rivera a implantar una dictadura, suspendiendo con ello la Constitución de 1876 y el sistema de partidos políticos
En
primer lugar, la alternancia y el turnismo de partidos y el descredito del
sistema canovista provocaron la descomposición y caída de dicho sistema
enfrentando a los partidos y generando rivalidad entre ellos, todo ello sumado
a la corrupción política. De este modo, entre 1914 y 1923 los partidos fueron
incapaces de generar un poder de gobierno estable y fuerte que hizo más patente
la idea de una intervención militar. Todo ello sumado a los factores
internacionales. Simpatía por el fascismo, desprecio a la democracia y temor
por una revolución bolchevique similar a la de Rusia en 1917. Esta fecha es
clave en España pues hizo posible que la crisis socio-política aumentara. El ejército
se encontraba en discordia como consecuencia de los estamentos de ascenso
cerrados, y por la guerra de Marruecos. También en Barcelona se exigía una
reforma parlamentaria y constitucional mientras ocurrían incidentes graves de
carácter revolucionario provocados por las huelgas generales de CNT y UGT, con
el fin de denunciar la crisis económica del país (a pesar de haber sido neutral
en la I Guerra Mundial). Estas huelgas tuvieron graves consecuencias,
destacando la dura represión a manos del ejército. Aparece un clima de
violencia en la calle que desaparecerá solo tras la Guerra Civil. Esta
violencia fue sobre todo entre obreros y empresarios, pero más tarde supondrá
atentados a personas o partidos políticos.
En lo referente a la política, iban apareciendo partidos nuevos, no
dinásticos que intentaban competir con los ya decadentes conservador y liberal.
Aparecían cambios en los partidos regionalistas, ahora ya abiertamente
independentistas. además, en 1921 se producen dos hechos claves: En primer
lugar, la muerte del presidente del gobierno Eduardo Dato, asesinado por
anarquistas y, en segundo lugar, la derrota humillante y desastrosa de Annual
en Marruecos, en la que el ejército español tuvo unas 14.000 bajas.
Así,
en Septiembre de 1923 el General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, acaba con
el liberalismo político mediante un Golpe de Estado. El golpe militar contó
desde el primer momento con el apoyo de los demás mandos militares y, lo más
importante, con el apoyo del rey, todo esto ante la indiferencia del pueblo
español. Con el golpe de estado se suprime la Constitución de 1876, el régimen
parlamentario, los partidos políticos y se disuelven las cortes. Con el paso
del tiempo la dictadura fue apoyada por las clases medias, la iglesia y las
elites burguesas y aristócratas, además también fue apoyado por la masa popular
y extrañamente, por motivos de supervivencia en la escena político-social, por
PSOE y UGT. El motivo de favorecer la dictadura es el miedo a una revolución
comunista y revolucionaria o por el carácter transitorio, de corta duración,
que se propuso en un primer momento. El dictador para mantenerse en el poder, se
legitimará mediante la realización de obras públicas generando la simpatía de
todo el pueblo.
En
cuanto a la periodización de la dictadura, se sostiene que contó de dos fases:
El Directorio Militar hasta 1925 y el Directorio Civil hasta 1930.
La
etapa inicial, militar en su conjunto, supone la “puesta en escena del poder”.
Esta etapa inicial destaca por el autoritarismo de la época, imitando el
fascismo de Europa. Mientras la situación estaba destinada a no ser
transitoria, el gobierno de Primo de Rivera fue completamente militar, con el
objetivo de establecer la paz social y reorganizar la administración,
centralizando el país, entre otras medidas. Hubo una fuerte represión política
dirigida hacia los independentismos, anarquistas de la CNT y el recién fundado
Partido Comunista Español, ya que los socialistas colaboraron con la dictadura.
También, se estableció la censura política, educativa, de prensa y de radio
entre otras, aboliendo con ello las libertades individuales. Muy importante, a
modo de revancha quizá, fue la victoria en Alhucemas en donde las tropas
conjuntas franco-españolas vencen a Marruecos, solucionando momentáneamente el
problema de la guerra de Marruecos. Con ello, en 1925 Primo de Rivera se había
ganado ya la simpatía de la opinión pública, de las masas y de los militares.
Pero
la legitimidad popular vendría en la segunda fase de la dictadura. El
Directorio Civil supone una “política de movilización o controlada” a partir de
1926 y que se mantendrá hasta el final de la dictadura. Aquí Primo de Rivera
quiso dar una imagen nueva y renovada en la política, economía y sociedad
española. Los militares son sustituidos en la administración pública. Ahora el
carácter de la dictadura es más institucional y el dictador, con ello, consigue
la legitimidad del pueblo. Los militares, por consiguiente, se abstendrán de
intervenir en política y su función se restringirá a los cuarteles. Gracias a
su popularidad y, siempre, mirando hacia Italia, creó también una Asamblea
Nacional destinada a proponer cambios y pactar leyes. Lo más importante de esta
etapa es quizá el intento de crear una nueva constitución, para acabar con el
sistema anterior. La constitución resultará un fracaso debido a la falta de
ideología definida y a la rapidez con la que se quiso hacer. También
formó un partido, la Unión Patriótica, que sería su brazo ejecutor y
propagandístico de la dictadura. Sin embargo, también contó con el Somatén (milicias
“anémicas” de la dictadura) y el apoyo de la Iglesia, teniendo está el
monopolio en la educación y, económicamente con el apoyo de empresarios y
burguesía española así como banqueros, fundamentales para prestar dinero e
invertir en el programa socio-económico del dictador. Esta segunda fase servía
pues para burocratizar la administración e institucionalizar el régimen.
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En
esta época, Europa acababa de salir de la guerra mundial y los países
beligerantes sufrían las consecuencias de esta. En España, las cosas iban a ser
distintas pues, a pesar de haberse mantenido neutral en la contienda y lejos de
sus expectativas, no obtuvo ninguna mejora económica, es decir no sacó partido
de la situación y esto lo pagará a la larga.
Por
ello, los esfuerzos del dictador se centraron en la inversión económica en
obras públicas y de desarrollo nacional pues el dictador intentó modernizar
España. El despegue económico, a corto plazo, consistió en generar empleo y
acabar con el paro lo que se hizo mediante Obras Publicas (construcción de
carreteras, mejora de la red ferroviaria y la creación y expansión de la Red Hidráulica
mediante las confederaciones hidrográficas). Por otro lado, concedió a las
principales empresas inversoras españolas diversos monopolios del Estado. En el
sector industrial, impulsó y fomentó la industria eléctrica, metalúrgica y
química en torno a Madrid y Barcelona como los principales centros productores
de España. También, se crearon entidades financieras y se desarrollaron
diversas S.A. para generar una buena estructura administrativa al servicio del
Estado, aumentó el número de funcionarios públicos, dando un papel importante
en estos a la mujer, generó el desarrollo de bancos y telecomunicaciones a la
par que los transportes aumentaban y se desarrollaban. Con esto, se intentó
implantar y asentar una clase media fuerte.
A
pesar de estos intentos modernizadores, en 1929 la dictadura no contaba ya con
muchos apoyos, más bien estos escaseaban. El dictador se había creado enemigos
debido a sus decretos políticos y económicos. La burguesía vasca y catalana veía
que el centralismo no defendía sus intereses, el intervencionismo estatal desprotegía
a la economía y la aislaba sin competir con el mercado exterior. Los
prestamistas e inversores vieron que, a pesar de todo, la inflación crecía y la
clase media no ahorraba, pues en 1929 comenzó una nueva crisis económica en
Nueva York y sus efectos no tardaron en sentirse en España. La Gran Depresión
provocó el cierre de empresas españolas. Pero aun así, Primo de Rivera, sin
querer ver la realidad quiso seguir en el poder, por lo que sus apoyos
disminuían. La oposición al dictador era cada vez mayor a la que se sumaron
intelectuales y militares, que conspiraban contra la dictadura; sectores de la
izquierda y liberales, que generarían círculos republicanos o el propio rey,
que luchaba por sobrevivir en este caos político.
Así,
falto de apoyos en enero de 1930 Primo de Rivera presenta su dimisión a Alfonso
XIII, quien la aceptaría, más que nada porque lo deseaba en cierto modo, con el
fin de evitar caer el también. Mientras tanto, el rey en su afán de cambio puso
al gobierno a otro militar destinado a ser el salvador de la situación ya que
se pretendía unir lo civil y lo militar. En 1930 en el gobierno aparece Dámaso Berenguer,
como intento de retomar la vieja política de la restauración, lo que supuso un
error pues con este acto se dio continuidad a la dictadura apareciendo el término
de Dictablanda. Las acusaciones
contra el rey por haber apoyado y colaborado con la dictadura se hicieron cada
vez más patentes a la par que el republicanismo aumentaba tanto en el
liberalismo como en sectores militares e intelectuales.
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https://www.youtube.com/watch?v=gAhr3_cdyDM |
Por lo tanto...
La
dictadura supuso: la disolución de las cortes de la constitución, la solución al
ejército con respecto al problema marroquí; su política giró en torno a la
lucha contra el caciquismo, la reforma de la justicia y privilegios a la
iglesia por su apoyo; creación de un partido único, la Unión Patriótica
estructurado jerárquicamente; el Estado corporativo con un intento de
constitución en torno a la unidad del Estado y a la aceptación de una monárquica
sin poder; España se abrió económicamente, aunque con un fuerte proteccionismo
consecuencia del intervencionismo estatal, aun así hubo recuperación y
modernización, optimismo y florecimiento de empresas públicas; en lo laboral se
creó el Ministerio de trabajo; la legislación social fue encaminada a regular
el trabajo y a fomentar empleo, aumentó los centros de enseñanza y redujo el
analfabetismo, favoreció las bases de la seguridad social, incrementó la
natalidad, apoyó las familias numerosas y la unidad familiar, la organización
corporativa del trabajo y relaciones patrón-obrero; aumentó el nivel de vida de
los españoles. Sin embargo, aumentó también el republicanismo tanto en la
izquierda como en la derecha. Aparecieron protestas estudiantiles, oposición de
intelectuales y clases medias; el republicanismo se fraguó en comunistas y
socialistas, sectores del ejército y también en la derecha española. Aparece la
crisis internacional de 1929, por lo que se afianzó la debilidad económica y se
dejó de creer en la fortaleza nacional, aumentó el déficit y la inflación. Tras
la dimisión del dictador se propone la dictablanda
como proceso transitorio para demoler la obra de la dictadura suponiendo un
error, al proponer para tal tarea a otro militar.
En
lo político, la dictadura es la respuesta política a la crisis del modelo de la
Restauración. A pesar de ello, supuso una solución inestable en la vida
política española en donde las tensiones se trataron de solucionar con el
“populismo” o “proto-fascismo” y que favoreció a la clase burguesa y
capitalista.
A pesar de ser una de las tantas fórmulas que hubo para acabar con la crisis,
la dictadura no supuso un simple paréntesis político sino más bien la salida más
fácil de un Estado que contaba con una clase política débil (clase política
dinástica), incapaz de transformar el régimen liberal y superar, así, la crisis
desde dentro.
Por todo ello, las consecuencias de la dictadura fueron importantes para el
futuro político de España pues apareció una nueva derecha española, de carácter
más autoritario y ultranacionalista y católica, con gran presencia del
antiliberalismo y tradicionalismo. Fue una dictadura
“liquidacionista”, siendo un ejemplo para Franco. Digo liquidacionista porque pretendió
liquidar lo que había anteriormente y empezar de cero. La dictadura también
acabó con el sistema parlamentario anterior y desarrolló la imposición por la
fuerza, a pesar de no ser una dictadura especialmente violenta. La dictadura favoreció
el aumento de una fuerte oposición que ansiaba el establecimiento de un régimen
democrático. Así, apareció con gran vitalidad el republicanismo político. A
pesar de todo, la dictadura supuso el resultado final de la Restauración y, por
lo tanto del rey Alfonso XIII. La suerte del rey estaba ligada a la suerte de
la dictadura por haber colaborado juntos. Cabe decir, siendo realistas, que
Primo de Rivera, a pesar de sus errores y favorecer un nuevo clientelismo,
intentó cambiar el sistema político, económico y social de España, intentado
estar a la altura de Europa en ese momento modernizando el país en todas sus
estructuras.
En
lo económico, los intentos modernizadores fueron un fracaso pero iban bien
encaminados. Al dictador se le sumó la crisis económica del 29 y la carencia de
apoyos cuando esta apareció. La política de obras públicas fue beneficiosa a
Corto plazo y generó muchos puestos de trabajo pero a la larga fue un gasto
mucho mayor sin rentabilidad estatal pues las empresas gozaban de monopolios. A
pesar de mejorar el potencial industrial y favorecer la urbanización, la revolución
agraria no se produjo verdaderamente. La política fiscal se destinó a las masas
provocando el alejamiento de los adinerados.
La
Revolución desde Arriba no se produjo ya que de esta se alejaron los defensores
conservadores del Viejo Sistema. Aun así sentó las bases del Nuevo Estado con
una Derecha más radicalizada y alejada del parlamentarismo, la idea de
democracia directa y orgánica, la economía aunque fue en aumento estuvo
controlada por el Estado, el fascismo agrario y la nueva imagen de la mujer.
España pone las bases del país centralizado y aunque UP fracasara nace en
España el ejemplo de Partido Único que no serán las JONS ni FE sino el
Movimiento Nacional de Franco, quien usará el paternalismo y caudillaje a
imitación de Primo de Rivera.
Tras la I guerra Mundial, esa “dudosa
ventaja” de la neutralidad trae consigo la necesidad de renovación y
modernización económico-política en España, al igual que en Europa, y que se
materializó en forma de un Estado Autoritario. La Neutralidad española fue un
espejismo que se rompió con la realidad corrupta de la política
materializándose en dictadura. Por tanto, creo que España no fue nunca un país
fascista ya que el antiliberalismo (característica fundamental del fascismo)
siempre estuvo presente y se materializó en los católicos y conservadores. La realidad es la de una España ansiosa por igualarse a Europa, por
estar a la vanguardia y modernizarse. El
cirujano de hierro es la culminación práctica de la teoría del
regeneracionismo español en el cual España es el paciente enfermo que necesita
ser curado, con mano dura más que con medicina. Aun así, este médico será un
experimento ya que el verdadero cirujano, de hierro, aparecerá en 1936 pero
esta vez para quedarse durante 40 años, intentando curar a este
enfermo que a lo mejor lo que necesita es ser comprendido y no tomar
medicamentos que se manifiestan en intereses políticos.
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