¿Por qué no triunfó el fascismo en España?

Habían surgido las JCAH a través de Onésimo Redondo y, casi a la par, la revista La Conquista del estado mediante Ramiro Ledesma Ramos. Ambos grupos no tardaron en fusionarse en octubre de aquel año en las JONS 

    El fascismo en España fue casi inexistente debido a varios factores, esta vez no tanto a ese marcado acento del “spain is different” sino más bien a factores socioeconómicos y políticos distintos a los del resto de países.

Desde que se implantó el Fascismo en Italia fueron muchos los ejemplos e imitaciones que surgieron a lo largo de Europa y del mundo. Unas imitaciones que en mayor o menor medida triunfaron entre los años 20 y 40 del siglo XX.

En España había surgido la II República y la gente tenía esperanzas en ella, se creía en un cambio, en reformas. Sin embargo, estos cambios no se produjeron, y según los gobiernos que se sucedían se hacían reformas o se echaban para atrás las anteriores. La Republica estaba condenada desde su nacimiento. Muchos grupos eran los que pretendían acabar con ella desde el principio, desde militares y monárquicos hasta anarquistas y comunistas.

Si la República se implantó en abril de 1931, unos meses después ya había el primer conato en España de un fascismo, marginal, que provenía del campo castellano. Habían surgido las JCAH a través de Onésimo Redondo y, casi a la par, la revista La Conquista del estado mediante Ramiro Ledesma Ramos. Ambos grupos no tardaron en fusionarse en octubre de aquel año en las JONS.

Sin embargo, nuevos estudios coinciden en que anteriormente ya había grupos fascistas, obviando el PNE de Albiñana, como se observa en las teorías de Joaquín Costa, la Generación del 98 y en un joven Giménez Caballero como precursores de un primitivo fascismo. Pero en Barcelona, además del Somatén, ya tenemos los grupos de Liga Patriótica Española (LPE) y La Traza, con rasgos tendentes al fascismo, así como La Camisa Negra en Madrid. Recordemos que en Italia en 1922 se había implantado el Fascismo y que en España un año después se implantaba una dictadura de corte militar y nacionalista, por lo que estas teorías y grupos podían tener ya un referente muy anterior a la II República española.

Sin embargo, la política y sociedad española se mostraba diferente a la europea. En Europa proliferan, en mayor o menor medida o con mayor o menor visibilidad, grupos que pretendían imitar al fascismo italiano o mostrarse diferente a este a través de sus rasgos nacionales, destacando así su originalidad. En España también los hubo, pero, a diferencia de Europa, apenas llegaron a triunfar.

la Revolución Bolchevique se había afianzado en Rusia y amenazaba con expandirse por el resto del mundo, y en contraposición el nacionalismo crecía

Hay que recordar que Europa acababa de salir de una guerra mundial que había devastado todo, tanto recursos económicos como humanos, la Revolución Bolchevique se había afianzado en Rusia y amenazaba con expandirse por el resto del mundo, y en contraposición el nacionalismo crecía. En España, por el contrario, el nacionalismo era inexistente o no se mostraba de igual manera que en otros países, España hacia dos décadas que había perdido su imperio ultramarino y se mostraba aislada del mundo; la amenaza comunista no era un factor a tener en cuenta, aunque ciertos sectores del socialismo español se acercaban, habría que esperar a 1934 para ver intentos insurreccionales del comunismo y socialismo, para entonces en Europa el fascismo ya estaba en marcha. España carecía de un discurso antisemita, no como en el resto de Europa (sobre todo Europa central y Europa del Este). En la mayor parte de Europa, la burguesía tenia fuerza mientras que en España no y el periodo dictatorial (1923-1930) había favorecido un nacionalismo rancio materializado en un partido del gobierno y la derecha que surgiría después de este periodo.

https://conversacionsobrehistoria.info/2023/10/31/el-fascio-de-las-ramblas-los-origenes-catalanes-del-fascismo-espanol/


Todo ello, sin duda, será crucial para entender la poca fuerza del fascismo en España, donde apenas unos miles de personas en España se sintieron atraídas o identificadas con dicho movimiento, y de ellas, el grueso quedó aglomerado en las Dos Castillas y Madrid.

Pero, ¿Por qué no triunfó el fascismo en España cuando en otros lugares europeos con características similares si lo hacía?

 

Factores de un fracaso

    En España, la aparición del fascismo, como se ha visto, fue tardía y, después, un fracaso, pues apenas duró –de manera independiente o autónoma- unos 5 años. Si englobamos en el “saco” fascista a las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica (JCAH), la Conquista del Estado, las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) y, posteriormente el Movimiento Español Sindicalista, el Fascio y Falange Española (FE) y su culminación en un mismo movimiento como FE de las JONS, antes de que Franco ordenase su unificación junto a los carlistas en 1937 en un mismo movimiento controlado por él mismo, es decir, entre 1931 y 1936, se puede observar que la vida del fascismo español es breve y además un fracaso.


la aparición del fascismo fue tardía y, después, un fracaso, pues apenas duró unos 5 años


Pero, ¿a qué se debe este fracaso y esta tardía aparición del Fascismo español cuando en Europa estaban triunfando y apareciendo muchos movimientos similares?

Ernesto Milá (2018) recoge brevemente unos puntos a tener en cuenta y es que España estuvo alejada de la I Guerra Mundial por lo que no había un sentimiento de excombatientes. Lo poco que había se reflejaba en la Guerra de Marruecos, pero no era suficiente como para alumbrar un movimiento político con esa base social. Además, la Guerra de Marruecos no despertaba en la población esa popularidad y el único sentimiento que había, y que se podría acercar un poco al posible fascismo español, lo encarnaba la Legión Española con su culto a la disciplina y a la muerte.

Además, era inexistente el peligro de una subversión de las izquierdas, exceptuando la Semana Trágica que fue eso, una excepción.  El Partido Comunista de España (PCE) en 1936 apenas tenía afiliados y era un partido sin fuerza, por lo que, a diferencia de los países europeos, no había necesidad de una fuerza que se enfrentara a las izquierdas en las calles.

Por otro lado, la clase media era débil lo que suponía un problema ya que un posible movimiento fascista en España debía apoyarse en una juventud de estudiantes y en una clase media con riesgo de proletarización, como en Europa.  España era un país muy atrasado con respecto a países europeos. Solo durante la IGM experimentó un despegue económico que concluyó cuando terminó el conflicto.

También, muy importante, Milá establece el catolicismo como un factor a tener en cuenta a la hora del surgimiento del fascismo. El fascismo y el nacionalsocialismo, principales ejemplos para el resto, habían surgido fuera del contexto católico, lo que acabó con la desconfianza de la Iglesia. En España, el fenómeno católico se situaba en los conservadores y en el mundo del “orden” burgués, por lo que la iglesia apoyaba a las derechas a pesar de que Renovación Española, los Carlistas o FE de las JONS se empeñasen en afirmar la procedencia católica de sus afiliados.

En la misma línea de Milá, habría que ver que España había perdido un imperio hacia apenas un par de décadas, por lo que se encontraba aislada del mundo, recogida. La experiencia de una dictadura había favorecido el desinterés de una gran parte de los españoles ya que además había canalizado a las fuerzas patriotas o de concentración nacional durante un periodo de tiempo de 7 años. Se había implantado recientemente una democracia con promesas de cambio y reformas, que contrastaba con lo anterior y más viéndose salpicado el rey por su apoyo a la dictadura.

La aristocracia y la burguesía tenían escasa visibilidad o peso político-social en España, pues son estas clases sociales las que deben representar los intereses de la nación y trasmitírselos al pueblo.

Por otro lado, la derecha española había adoptado y asimilado discursos radicales y autoritarios haciéndolos suyos. Los carlistas tenían sus milicias paramilitares y en la CEDA saludaban a Gil Robles –a quien llamaban jefe- brazo en alto, por poner unos ejemplos.

La sociedad española se encontraba muy bipolarizada entre derechistas e izquierdistas, entre clase obrera y patronos, entre religiosos y ateos, entre monárquicos y republicanos… por lo que era muy difícil que calase un discurso de componente socio-político fascista.

A pesar de que FE de las JONS era uno de los pocos grupos que hacía frente en las calles a la violencia izquierdista, tenía una escasa capacidad de reacción pues mientras los miembros de FE de las JONS caían en las calles sus líderes no tomaban las riendas o titubeaban a la hora de decidir. La violencia fue siempre, en la gran mayoría, predominio de las izquierdas. Esto motivaba mofas entre la oposición a FE cuyas siglas, decían, se traducían o interpretaban como Funeraria Española.

En el ámbito militar, la Legión Española se había formado como una unidad de choque y recogía valores como la disciplina, el patriotismo y el culto a la muerte, que después pondrá FE de las JONS en su ideario, pero que, en este momento, ya estaban siendo enarbolados por el ejército.

Dentro del propio “movimiento” fascista español había división que se materializaba en choques ideológicos entre las personas de José Antonio Primo de Rivera, mas moderado quizá, y Ramiro Ledesma Ramos, mucho más revolucionario y radical. Además, en contraposición a los fascismos europeos, el Fascismo Español no tuvo su “Marcha sobre Madrid” pues cuando tuvo la ocasión en octubre de 1934 se puso al servicio del Gobierno de turno ofreciéndole su apoyo contra los revolucionarios de Asturias y los independentistas catalanes cuando podría haber aprovechado la situación, tal y como coinciden la mayoría de los autores.


El independentismo, materializado en lo que común se ha denominado como regionalismo o nacionalismo periférico, se hacía fuerte en País Vasco y Cataluña y tímidamente aparecía en Galicia, de la mano de partidos que cada vez cogían más fuerza.


al fascismo español le fue muy difícil hacerse un hueco en la sociedad y en la política ya que la derecha copaba ese espacio al que quería aspirar mientras que la izquierda tenía el monopolio del obrero. La iglesia veía a la derecha como su guardián y defensora del catolicismo

 

Por lo tanto, en resumen, había un escaso sentimiento nacionalista español que no se veía representado en el pueblo y se mostraba tímidamente en el ejército o en las derechas.

No será hasta la guerra civil cuando los afiliados a FE de las JONS crezcan sobremanera. Sin embargo, en 1937 será unificada junto a los requetés carlistas en un movimiento único controlado por el generalísimo Franco, jefe del Estado y de los Ejércitos, por lo que, a pesar de crecer en número, su ideología será controlada por el régimen franquista que surgirá tras la guerra, siendo entremezclada, y confusa si se quiere, con la ideología ultra-católica de los carlistas.

Por todo ello al fascismo español le fue muy difícil hacerse un hueco en la sociedad y en la política ya que la derecha copaba ese espacio al que quería aspirar mientras que la izquierda tenía el monopolio del obrero. La iglesia veía a la derecha como su guardián y defensora del catolicismo mientras que el ejército, sobre todo la Legión, encarnaba ese espíritu aguerrido y violento. Además, en 1937, el fascismo español es unificado con los tradicionalistas y otras “familias” pasando a depender del Jefe del Estado, quedando descabezado y sin autonomía. Sin embargo, cuando en octubre de 1934 tuvo la oportunidad de hacer su “marcha” la malgastó.

 

Álvaro González Díaz

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