EL FASCISMO RUSO
Hay muchas discrepancias entre los expertos sobre la ideología del nacional-bolchevismo y si realmente se puede considerar como fascismo. De igual manera ocurre con los rusos blancos. Ambos distan mucho, pero, sorprendentemente, se acercan en cuanto al nacionalismo. A pesar de ello, el fascismo ruso existió, pero, sobre todo, se dio fuera de Rusia.
El fascismo -fenómeno de
masas y nacionalista- se expandió por todo el mundo desde América a Oriente Próximo
y Asia, por ejemplo. Hay constancia de que hubo movimientos que simpatizaban
con el fascismo italiano o, incluso, movimientos idénticos a este en EE. UU.,
Argentina, Chile, China, El Líbano, Japón y Rusia, entre otros. Pues bien, el
tema que nos ocupa es este último, el Fascismo Ruso.
Si bien es verdad que en Rusia nació el comunismo
–aplicación práctica y económica del socialismo científico, descendiente del
marxismo - también hubo movimientos dispares que se enfrentaron a este
movimiento nada más comenzar la Revolución de 1917. Tal es así que hay autores
que consideran al comunismo como el fascismo ruso o una variante más de este.
En tales casos, el fascismo ruso era tan diverso como los fascismos o
movimientos nacionales europeos y compartía muchos símiles ideológicos con
estos movimientos. Los rusos blancos y los nacional-bolcheviques eran
una realidad, ambas ideologías silenciadas, que incluso llegaron a combatir en
el Bando Nacional de la Guerra Civil española o en los diversos ejércitos
anticomunistas y plurinacionales del Eje germano-italiano en la II Guerra
Mundial.
Hay muchas discrepancias entre los expertos sobre la
ideología del nacional-bolchevismo y si realmente se puede considerar como
fascismo. De igual manera ocurre con los rusos blancos. Ambos distan mucho,
pero, sorprendentemente, se acercan en cuanto al nacionalismo. A pesar de ello,
el fascismo ruso existió, pero, sobre todo, se dio fuera de Rusia como señala
Jorge Lozoya (1968). Aun así, existieron varias formaciones políticas
denominadas como fascistas. En este sentido, el Partido Fascista Ruso (PFR) y
la Organización Fascista Rusa (OFR) serán las formaciones mas importantes
debido a sus rasgos en comparación con el fascismo italiano.
Por ende, contamos, por orden cronológico, con los
Rusos Blancos, el nacional-bolchevismo, el PRF y la OFR, siendo estas dos
últimas las organizaciones fascistas. Además, los rusos blancos estuvieron
presentes en la Guerra Civil rusa (1917-23) y en la Guerra Civil española como
voluntarios -provenientes de los ROVS (Unión de los servicios Armados
Blancos).
Por lo tanto, la implantación del comunismo soviético
en Rusia produjo el exilio de muchos rusos blancos y la lucha anticomunista de
estos fuera de Rusia, participando en guerras, tanto interna como externamente,
y creando formaciones combativas nacionalistas. Sin embargo, el Régimen
Estalinista produjo un efecto contrario, como señala Bolinaga (2008), al
abandonar el internacionalismo y centrarse en Rusia -es decir, el comunismo
debía triunfar en Rusia y después, si acaso, extenderse fuera, pero la prioridad,
en resumen, era la revolución en Rusia- lo que se tradujo en un retorno de
rusos blancos y fascistas que vieron en Stalin a su salvador, al Mussolini
soviético.
Sin embargo, para entender el surgimiento del fascismo
ruso, hay que ver brevemente su contexto más cercano, la I Guerra Mundial y la
caída del zarismo.
la implantación del comunismo soviético en Rusia produjo el exilio de muchos rusos blancos y la lucha anticomunista de estos fuera de Rusia, participando en guerras, tanto interna como externamente, y creando formaciones combativas nacionalistas
Contexto Histórico. I Guerra Mundial y Revolución Soviética
En torno a 1905 la Rusia
zarista era más bien una monarquía autocrática, aunque se vio obligada a
aceptar ciertas reformas como la reforma agraria y la creación de una Duma o
Asamblea representativa. A pesar de ello, esas premisas se quedaron en simples intentos
reformistas, pero hay que destacar que ya en 1905 aparecen los soviets como
elementos revolucionarios, aunque todavía sin vinculación política. Rusia era
un país agrario y carecía de industria y de partidos, fruto de la inexistencia
de burguesía, al contrario que en Europa. Es decir, su sistema era feudal en la
gran mayoría del territorio. En esta fecha y debido a lo que se ha comentado,
creció la oposición al zarismo y estalló la revolución, con peticiones de
mejoras sociales y laborales, protección y cierta libertad. El zar cada vez se
encontraba mas anclado y rodeado por una oposición de obreros y campesinos. Es
por ello por lo que acepta ciertas reformas.
Durante esta época se van creando alianzas
internacionales ante lo que se vislumbraba ya como una guerra inmediata. El
imperio Austrohúngaro se había aliado con Alemania y Rusia, por tanto, se
mostraba temerosa ante un posible encajonamiento. Por ello, decidió aliarse con
Francia e Inglaterra, entre otras potencias europeas. En 1914 estalla la guerra
en Europa y Rusia, debido a sus alianzas, se ve involucrada en el conflicto.
Sin embargo, en octubre de 1917 se ve obligada a abandonar la guerra ya que
estalló una nueva revolución, esta vez más violenta que la de 1905 ya que
derivó en una insurrección armada que dividió a la sociedad rusa.
Los soviets -consejos de trabajadores- habían salido a las calles en febrero de 1917 pidiendo el fin de la guerra y mejoras de las condiciones de vida. Todo ello derivó en una huelga general y el zar abdicó. En Petrogrado (San Petersburgo) se impuso un gobierno provisional. Sin embargo, este gobierno provisional, presidido por el Príncipe Lvov, solamente prometía sin que los resultados se viesen en la práctica. Rusia no abandonaba la guerra y las reformas y mejoras apenas se vislumbraban, por lo que los bolcheviques, con Lenin a la cabeza, mas radicales, decidieron pasar a la insurrección y abandonar la fase liberal-burguesa de la revolución. Ante tal situación y viendo cómo se torcían los acontecimientos, los militares zaristas dan un Golpe de Estado que fue combatido y frenado por los bolcheviques. Estos se hicieron con el control de los soviets y comenzaron a gozar de gran popularidad en la sociedad.
Esta situación desencadenó una guerra civil ya que en
seguida se crearon dos bandos. Los rusos blancos[1]
-llamados así en oposición a la Rusia Roja o revolucionaria- defendían el viejo
orden zarista, mas conservadores, se opusieron al ya denominado Ejército
Rojo, que había tomado el Palacio de Invierno -donde residían los zares-,
revolucionarios y proletariados defensores de la caída del zar y la
implementación de un orden nuevo.
En este sentido, se impuso el Comunismo de guerra como
principal medida, avituallar al ejercito para ganar la guerra civil, abolir la
propiedad privada e implementar la estatalización de la industria para hacer
frente a las necesidades de la guerra. El Ejercito Rojo avanzaba mientras los
Rusos Blancos retrocedían, pues las medidas de Lenin y Trotski comenzaron a
tener resultados positivos. Así entre 1917 y 1923, que duró la guerra civil
rusa, el balance fue desastroso ya que la familia real había sido ejecutada,
por el camino había caído en picado la producción tanto agrícola como
industrial junto a millones de muertos por la guerra y por el hambre.
Una de las consecuencias inmediatas fue que la
economía pasó a estar controlada por el Estado -que a su vez controlaba la
producción y la distribución de los productos agrarios-. A partir de 1921 el
Partido Bolchevique pasó a llamarse Partido Comunista de la Unión Soviética
(PCUS) que estaba dirigido por un secretario general que, a su vez, era el jefe
del estado, en este caso Lenin. El viejo imperio de los zares pasó a ser una Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922 mientras que en 1924 se
definía la nueva constitución. Surgía la NEP, Nueva Política Económica, que
establecía una economía mixta, aunque en su mayoría era el Estado -el Partido-
quien controlaba la economía, a partir de 1926. Aunque la NEP, según los
autores, agrandó aun mas las diferencias sociales y provocó un enfrentamiento
interno en la sociedad. En resumidas cuentas, se socializó la economía y se
abolió la propiedad privada, en una interpretación economista de la teoría
marxista del siglo XIX.
Como se observa, la revolución desencadenó una guerra
civil en la que se impuso el bando rojo -socialista o comunista- siendo
muchísimos rusos blancos exiliados a Europa. Estos rusos blancos y otros tantos
disidentes revolucionarios son los que van a crear grupos opuestos al comunismo
en Europa, que intentarán combatirlo, desde fuera en esta primera fase.
Rusos Blancos y Exilio y Nacional-bolchevismo
Tras la Revolución y la
consecuente guerra civil, los rusos blancos se exiliaron y dispersaron, en la
mayoría de los casos, fuera de Rusia donde intentaron reorganizarse.
Dependieron, sobre todo de potencias extranjeras como China o Japón, Mongolia y
países del este europeos, aunque sin éxito. Según los autores, en un primer
momento, terminando la guerra rusa, muchos se dedicaron al pillaje y saqueo,
mientras que otros tantos pasaron a Mongolia intentando, sin éxito, crear un
régimen prorruso.
Sea como fuere, su ideología se engloba en el
conservadurismo reaccionario de la época, no llegando a ser fascista debido a
su falta de carácter revolucionario. Eran monárquicos e imperialistas,
reaccionarios, ortodoxos, nacionalistas y gozaban de popularidad entre los
campesinos frente a los bolcheviques. A pesar de ello, muchos crearon grupos
fascistas y nacionalistas y combatieron en la Guerra Civil española o en la II
Guerra Mundial contra el comunismo, engrosando los grupos de voluntarios o, en
el ultimo caso, teniendo un grupo propio. Además, muchos volvieron a su patria
cuando Stalin llegó al poder a partir de 1924. Es concretamente a partir de
1925 y sobre todo en 1929 cuando Stalin formuló la teoría del “Socialismo en un
solo país”, despreciando y desechando las teorías trotskistas de la revolución
mundial. Este hecho fue, sin duda, el que atrajo a muchos rusos exiliados que
vieron en Stalin a su líder nacionalista.
Mientras esto ocurría, a la par, mientras la
Revolución y la guerra civil hacían estragos en Rusia, en torno a 1919, surgía
entre Alemania y Rusia lo que se ha llamado el Nacional-bolchevismo. Aquí,
según los autores, se puede establecer un fascismo primitivo y primigenio,
dotado ya de sus características plenas -revolución, nacionalismo y socialismo-
en una mezcolanza, como su propio nombre indica, de bolchevismo y nacionalismo.
Surge en una época convulsa, pues la revolución soviética amenazaba con extenderse
a Alemania, Rumania, Hungría y Austria, países donde a punto estuvo de
triunfar, en aquel año de 1919. Sin embargo, los intentos insurreccionales
fueron frenados por grupos paramilitares, Cuerpos Francos[3], de excombatientes y
nacionalistas que tras la I Guerra Mundial se organizaron para frenar lo que ya
era un hecho y amenaza en Rusia.
Nacional-Bolchevismo
Para entender el
surgimiento del Nacional Bolchevismo habría que situar el contexto en la
Revolución Bolchevique de 1917 inmediatamente y, después, en la República de
Weimar. Ambos acontecimientos suceden muy seguidos, pero, sin embargo, su
significado es diferente, sobre todo por los lugares en cuestión, Rusia y
Alemania. Sin embargo, no debe extrañarnos que en Rusia apareciera cualquier
ideología o movimiento vinculado al nacionalismo ya que este, como destaca
Raquel Sánchez García (1999), “ha sido una tendencia generaliza en el mundo
político ruso”, o lo que Bolinaga (op. cit.) observa como un fascismo sui
generis –de su propia especie o propio-, estableciendo que, en Rusia, a
grandes rasgos, el fascismo se conoció como Comunismo o Bolchevismo. En tales
casos, la Rusia de los años veinte era un hervidero político, un Estado en
construcción que, en palabras de Bolinaga (op. cit.), “se escondía tras un
denso andamiaje rojizo”. En este sentido, el nacionalismo ha sido la amalgama
que ha unificado naciones y las ha construido, aunque ha presentado
ambigüedades en Rusia y la URSS, provocando finalmente alianzas políticas
(Raquel García, op. cit.). A pesar del carácter internacionalista del
Comunismo, el sentimiento nacionalista predominó en la URSS atrayendo tanto a
comunistas como a “rusos blancos” y fascistas rusos, ya que veían en Stalin al
salvador de la patria.
en Rusia, a grandes rasgos, el fascismo se conoció como Comunismo o Bolchevismo
Con el triunfo de la revolución bolchevique en Rusia y
su avance frente al Ejercito Blanco, las potencias europeas, ante el temor de
una posible expansión revolucionaria prestarían apoyo a los Blancos, aunque
finalmente la Revolución acabaría triunfando como se ha visto. El Imperio Ruso
se había transformado en una unión de repúblicas, que además eran socialistas y
soviéticas, de los trabajadores. A pesar de todo el internacionalismo marxista
que se vio en un primer momento –visto como la superación de las diferencias
nacionales-, no permitía establecer correctamente una federación, por lo que el
socialismo soviético tuvo que adaptarse a la idea estalinista de que el
socialismo debía triunfar en un solo país, o lo que es lo mismo, había que
asegurar la revolución en la URSS, en vez de exportarla al mundo. Sin darse
cuenta Stalin continuaba con la idea de “rusificación” de los zares. En 1938
había impuesto el ruso como idioma obligatorio, se invocaba a la patria
soviética mientras se ensalzaba a los héroes mitificados por la “Sagrada
Rusia”, anterior a la revolución, uniéndolos en una misma “tira” con los
prototipos de los soviéticos. Stalin había visto la gran utilidad del uso de la
nación como movilizadora de las masas, es por ello el giro del comunismo
soviético hacia posturas netamente patriotas. Esta postura estalinista chocó a
los ojos de los comunistas convencidos, en un primer momento, y fue aplaudida
por muchos fascistas[4]. Fue, incluso, tachado su
régimen de fascista o nacional-comunista. No pasó desapercibido, por
tanto, para muchos fascistas europeos y ninguno de ellos lo vio como un régimen
negativo, al contrario, lo vieron como una revolución nacional, una revolución
que el pueblo ruso necesitaba. Que los fascistas, parte de ellos, vieran con
buenos ojos el comunismo, interpretándolo como una revolución nacional, no
quiere decir que lo quisieran en sus respectivos países.
El Fascismo no es solamente italiano o que, de serlo, los demás fascismos tienen nombre propio y diferente con respecto al italiano
No debe extrañarnos, pues, que Alemania sea el lugar
escogido ya que era el país que más perjudicado salió de la contienda al perder
territorio y recibir unas duras imposiciones en los tratados de paz. Tras la
guerra, Alemania –a pesar de seguir siendo el Imperio Alemán- cambió de
denominación política conociéndose como República de Weimar, debido a que en
esta ciudad fue donde se reunió la Asamblea Nacional constituyente para
proclamar la nueva constitución (aprobada en julio de 1919). Fue un periodo de
gran inestabilidad política y económica con gran crispación social y política
en el que se sucedieron intentos de golpes de Estado por parte de militares y
grupos derechistas, pero también, a la par, intentos insurreccionales por parte
de la izquierda, provocado todo ello, a su vez, por la crisis económica que
acompañó a Alemania tras la guerra. Esto, además, favoreció el surgimiento de
nuevas corrientes ideológicas en este periodo de Entreguerras, como
señala Romualdi (2002). Según el autor, durante el periodo de la República de
Weimar surgirán muchos círculos y grupos que desarrollarán un discurso crítico
con la democracia y, en particular, con los presupuestos ideológicos de la República
de Weimar que desembocarán en un sinfín de ideologías, o conglomerados
ideológicos, que definirán el Nacionalsocialismo, por ejemplo. También surge
una crisis ideológica en Alemania como consecuencia de la Gran Guerra que
oscilaba entre visiones nacionalistas, pero también en una “vista al
pensamiento del este”, es decir, con la atenta mirada a lo que sucedía en
Rusia. Además, se desarrollan movimientos y organizaciones juveniles que, junto
a las paralelas formaciones paramilitares que van surgiendo, ahonda el
“espíritu del frente”, mientras que autores como Moeller van den Bruck
moldearán lo que después se conoció como la revolución nacional. Es
decir, surge un patriotismo revolucionario, que con el Tercer Reich se hará
patente en la sociedad alemana. La visión de este autor se verá en el desprecio
al liberalismo occidental pero también en la admiración al bolchevismo ruso,
aunque con claro componente antimarxista. Y es ahí donde reside el surgimiento
del Nacional-bolchevismo. Moeller es coetáneo a los sucesos de Rusia y abogará
por la colaboración de Alemania para con la Revolución Bolchevique ya que ahí,
según su planteamiento, reside la desestabilización del orden surgido en
Versalles. Es decir, en Alemania, en torno a estos años, surge ya el
Nacionalismo revolucionario. El nacionalismo revolucionario tenía gran carga
ideológica y debía englobarse en los grandes partidos de masas. Intelectuales
como Ernst Junger, Ernst Nieckisch, KarlOtto Paetel o los hermanos Strasser,
entre los más destacados, fueron ejemplo de liderar estas corrientes
nacionalistas y revolucionarias, aunque, como coinciden los autores, no eran
corrientes con mucho peso en la sociedad.
El nacionalismo revolucionario tenía gran carga ideológica y debía englobarse en los grandes partidos de masas
En similares fechas y ya en torno a 1919, con la
Revolución Bolchevique en marcha, encontramos al profesor de derecho de la
Universidad de Berlín Paul Eltzbacher. Este profesor sería el primero en
utilizar el término al que nos referimos. Por tanto, se observa que la
aparición del Nacional-bolchevismo es coetánea al surgimiento de la URSS,
mientras en esta se desarrollaba la revolución bolchevique. En este contexto
convulso de posguerra alemán surge, pues, el Nacional-bolchevismo, como un
intento de aliar el movimiento comunista insurgente con los grupos
nacionalistas disidentes del ejército alemán que rechazaban el Tratado de
Versalles (Pierre Broue, 2006). Las filas, no muy numerosas, de los nacional-bolcheviques
provenían, sobre todo, de miembros del Partido Comunista Obrero de Alemania
(KAPD) así como de miembros afines al nacionalismo alemán y miembros radicales
y revolucionarios. Es decir, se pretendía combinar y sintetizar el nacionalismo
radical alemán (autores lo definen como Prusianismo) y el bolchevismo tal y
como se mostraba en la URSS.
En la URSS el Nacional-bolchevismo tampoco tomó
fuerza. Durante la guerra civil rusa, producto de la Revolución, hubo también
una transformación ideológica, quizá uno de los motivos por los cuales el
Ejército Rojo agrandara sus filas. Esta transformación hizo que muchos “rusos
blancos” se pasaran al bando bolchevique, entendiendo que era la única
esperanza de devolver la grandeza a la madre patria –muchos mantenían la idea
de que el bolchevismo podría usarse para servir a fines nacionalistas-. Los
seguidores de esta corriente en Rusia fueron llamados los Smenovekhovtsy,
considerados como bolcheviques nacionales, tomando el término del ya mencionado
Nieckisch[5]. Otros tantos rusos se
tuvieron que exiliar debido a su anticomunismo inicial. Según pasaba el tiempo,
regresaron a su patria al ver en Stalin al líder fascista que con tanto anhelo
esperaban. Muchos fascistas rusos, junto a monárquicos y conservadores,
volvieron a Rusia para ponerse a las órdenes del imperio que se estaba creando
bajo la dictadura estalinista. Según Bolinaga, el retorno de nacionalistas
rusos fue más denso que el de socialistas y socialdemócratas. Este hecho
explica, quizá, la teoría sobre la que el comunismo estalinista puede
considerarse cercano al fascismo, sobre todo por observar a Stalin como un
salvador de la patria y mostrarse, a su vez, contrario al internacionalismo
trotskista. La teoría del Socialismo en un solo país que había establecido
Stalin daba sus frutos. En este sentido, los nacionalistas rusos, defensores de
aquella “Gran Rusia”, servirían al régimen estalinista en tanto que podían ser
utilizados para cohesionar el socialismo a través de su identificación con
Rusia. Además, la derecha, y sobre todo la extrema derecha rusa, no necesitaba
crear ningún partido opositor ya que tenían un régimen que utilizaba la “mano
dura” para con los disidentes, para imponer el orden, pero, yendo más allá, de
cara a la política exterior, la URSS se expandía territorialmente, un hecho que
también agradaba a los nacionalistas en su vocación imperialista.
En este aspecto, resulta destacable establecer que el
país pionero del comunismo tuviera un fascismo interno –entendiendo que cumplía
las premisas de este movimiento-, es decir, encuadrado dentro de las
estructuras del régimen, también fuera de las fronteras de la URSS surgieron
varios movimientos considerados como fascistas, siendo el Partido Fascista
Ruso (PFR) el más importante y destacado, creado en Manchuria,
colaboracionista del Eje durante la II Guerra Mundial.
A pesar de ello, tal y como establece Payne, el
Comunismo soviético comparte más características con el Fascismo alemán o
Nacionalsocialismo que con el Fascismo Italiano. En primer lugar, el componente
revolucionario, necesario para fundamentar la base ideológica del movimiento. En
segundo lugar, en el fascismo y en el comunismo aparece la doctrina
revolucionaria de lucha constante, así como la aparición de un elitismo rígido
y el principio de una jefatura. En tercer lugar, se adopta la teoría de las
naciones desposeídas o proletarias, esta teoría surge en Italia a la hora de
implantar el nuevo movimiento y, después, la hace suya Lenin y, sobre todo,
Stalin al observar la fuerza del nacionalismo como motor de masas. La
construcción de una dictadura unipartidista e independiente; la importancia de
la milicia política y, sobre todo, de un partido-ejercito; la importancia de la
autarquía y una completa militarización (esta premisa se da sobre todo en
Italia y la URSS ya que en Alemania predominó la ausencia de una economía de
burocracia estatal autoritaria); la idea de proyectar la ideología de manera
internacional, como alternativa a las ortodoxias imperantes; la existencia de
un líder carismático, el uso de uniformes, símbolos y estética que identifican
al individuo con el grupo…, entre las más importantes premisas.
El Partido Fascista Ruso
En torno a 1921, el Comité Ejecutivo Panruso y el Soviet de Comisarios del Pueblo declararon que entorno a 3 millones de personas eran consideradas apátridas. Además de los muertos, a partir de esa fecha se produce un exilio masivo. En este exilio se hallaban rusos blancos y opositores. Se agruparon sobre todo en Berlín, Paris, Harbin o Shanghái, entre las principales ciudades, donde además establecieron redes culturales y muchos de ellos combatirán tanto en la guerra civil española y en la II Guerra Mundial como voluntarios anticomunistas. En este contexto, a finales de los años 20 y principios de los 30 del siglo XX, finalizada la guerra civil rusa, los rusos exiliados en Manchuria, Japón, formaron el Partido Fascista Ruso (PFR), siendo parte de ellos acogidos después en EE. UU. o China, por ejemplo.
El Partido Fascista Ruso (PFR) fue un movimiento creado en torno a la década de 1930 por exiliados rusos en la región de Manchukuo, que entre 1930 y 1940 se conoció como la Manchuria Occidental, adoptando el nombre de Unión Fascista Rusa a partir de 1938. El movimiento fue disuelto por las autoridades japonesas en torno a 1943.Y es que, tras la derrota en la guerra civil, en torno
a 1922 ya había en Manchuria exiliados rusos, rusos blancos. Eran exmilitares,
conservadores, pro-zaristas, cosacos, ortodoxos y antibolcheviques en su
mayoría. En este sentido, en 1931 se fundó el partido y Konstantín Rodzayevski
pasó a ser su líder, cuyo lema era “Dios, Patria, Trabajo”. El partido apostó
por el fascismo italiano frente a los bolcheviques y 1932 contaba ya con unos
2000 miembros. Con el apoyo de Japón, el movimiento se convirtió en uno de los
principales movimientos de la región llegándose a establecer, incluso, una
escuela del partido. Los rusos también ayudaron a engrosar las filas del
ejército imperial japonés, llevando a cabo actos de sabotaje hacia las fuerzas
soviéticas.
También el movimiento tuvo contactos con grupos externos.
Fue en EE. UU. donde se intentó una unión con otros rusos allí exiliados. En
1934 se acordó una unión y colaboración entre el PFR y la Organización
Fascista Rusa (exiliados en EE. UU.), sin embargo, fue un fracaso debido a
los choques ideológicos -sobre todo entre conservadores y antisemitas-,
rompiéndose aquella “unión” en 1935.
En este mismo año, el PFR contaba con 20.000 miembros
aproximadamente y contaba con organizaciones femeninas y juveniles, por
ejemplo. En 1938 se estableció el ideario que debía tener la Rusia Fascista a
través del libro “El Estado Nacional Ruso”, donde incluso se establecía la
expulsión de los judíos. Entre otras características, el PFR se consideraba
nacionalista y ortodoxo, corporativista y antisemita, mencionando sus
principales ideas.
A partir de 1940, cuando estalla la guerra entre Japón
y EE. UU., comienza a cambiar la situación del partido. Será ya en 1941, con el
pacto de Neutralidad entre la URSS y Japón, cuando el cambio se
materialice siendo disuelto el grupo en 1943 -aunque definitivamente se
disolvió en 1945, cuando el Ejercito Rojo comenzó la invasión de Manchuria-.
El Partido Fascista Ruso (PFR) fue un movimiento creado en torno a la década de 1930 por exiliados rusos en la región de Manchukuo, que entre 1930 y 1940 se conoció como la Manchuria Occidental, adoptando el nombre de Unión Fascista Rusa a partir de 1938.
Conclusiones
La caída del zarismo
mediante la Revolución Bolchevique provoca que miles de rusos se exilien a
Europa, Manchuria o EE. UU., donde crearán asociaciones antibolcheviques de
gran contenido nacionalista y pro-zarista.
Mientras esto se daba en la práctica, en Alemania,
rusos y alemanes creaban una corriente que se llamaba Nacional-bolchevismo que
conjugaba, o pretendía hacerlo, el nacionalismo revolucionario con las ideas
socialistas del bolchevismo.
El fascismo ruso se observa pues en aquellos rusos
blancos y exiliados que combaten al comunismo ruso desde fuera de su patria a
través de asociaciones y movimientos nacionalistas. Hay autores, por ejemplo,
que observan que el comunismo estalinista puede ser considerado como el
fascismo ruso ya que sus medidas son bastante similares lo que provocó que
muchos rusos fuesen de nuevo a Rusia viendo a Stalin como un salvador de la
patria a través de una revolución nacional.
El fascismo ruso tuvo su exponente, fuera de rusia, en
Manchuria, sobre todo, donde se creó con apoyo del Estado Japones, el PFR que
fue disuelto en 1945.
La caída del zarismo mediante la Revolución Bolchevique provoca que miles de rusos se exilien a Europa, Manchuria o EE. UU., donde crearán asociaciones antibolcheviques de gran contenido nacionalista y pro-zarista.
Bibliografía
BOLINAGA, I., Breve Historia del Fascismo, Nowtilus, 2008
GONZALEZ DIAZ, A. El fascismo y sus imitaciones, Ed.
Fides, Tarragona, 2022
ORELLA, JOSE L., Historia del fascismo, Sekotia, 2023
VV.AA., El fascismo rojo, Ed. Nueva República, 1998
https://rednacionalbolchevique.wordpress.com/que-es-el-nacional-bolchevismo/
http://www.4pt.su/es/content/metaf%C3%ADsica-del-nacional-bolchevismo
https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/poco-historia-que-nacional-comunismo-193262
[1] Ejército
de Voluntarios de Rusia Occidental
[2] Los ROVS
eran unos 60.000 miembros en Europa, ORELLA, JOSE L., Los voluntarios rusos
de la Guerra Civil española, 2022, https://www.eldebate.com/historia/20220122/otros-rusos-guerra-civil-espanola.html
[3] Heimwehr
en Austria, Arditi en Italia y Freikorps en Alemania, por
ejemplo, entre los más conocidos.
[4] El
propio Mussolini, Niekisch, los hermanos Strasser o incluso Ramiro Ledesma
vieron la revolución
soviética y su movimiento como un fascismo y como tal
lo trataron. Era la revolución nacional rusa para
ellos, en Bolinaga (op. cit., pp. 122-123), aunque no
lo querían en sus países.
[5] Llamados
así por una serie de artículos que se publicaron en 1921 conocidos como Smena
vekh
(cambio de hitos), Martin A. Lee (1999)
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